Masa Viva nació como un experimento en casa, una mezcla de curiosidad, harina y tiempo. Lo que empezó como un hobby entre fermentaciones y hornadas, se transformó en una pasión por el pan real, el que se hace con las manos, con paciencia y con ingredientes honestos.

Trabajamos con masa madre viva, cultivada y alimentada diariamente, que da vida a nuestros panes y los hace únicos. Nos alejamos de lo industrial para volver a lo esencial: pan nutritivo, con sabor profundo, buena corteza y una miga que habla por sí sola.

Cada pan es diferente. Cada horneada es una historia. Usamos técnicas tradicionales y combinamos sabores locales como la miel de montaña, el café, o incluso cerveza artesanal, para crear panes que sorprenden y nutren.

Creemos que el pan no es solo alimento, sino un gesto de cuidado. Por eso, horneamos en pequeñas cantidades y vendemos de forma directa, para mantener siempre la frescura, la calidad y el contacto cercano con quienes nos eligen.

En Masa Viva no buscamos producir más. Buscamos hacer mejor pan, para gente que valore lo auténtico.